lunes, 12 de septiembre de 2011

LA NO ELEGIDA


Típico caso de un hombre entrando a un bar. Su mirada es un escáner de belleza y oportunidades Entras en el terreno de lo posible, sabiendo que casi siempre sales con un imposible entre las piernas.
 En muchas ocasiones es complicado explicarle a una mujer lo difícil que es para un hombre abordarlas. Parece una tarea fácil, pero es de las cosas más complicadas que nuestro género conoce. Son muchos los factores que afectan: ¿Ella quiere estar sola o acompañada?, ¿yo le gustaría? ¿cuál es el mejor momento para acercarme? ¿me miró o no? Luego hay otras un poco más pa’ dentro: Creo que estoy deprimido pero no lo sé, ¿cuando empecé a olvidar a mi ex? ¿Hoy quiero sexo o solo quiero hablar? ¿Me importa si no es inteligente? ¿Qué le digo sin sonar un tonto?  ¿Bailo con ella o le invito un trago?
Tienes que hacer uso del difícil ejercicio de olvidarte de ti. La cosa es que seguro ese esfuerzo resulta o con una volteada de ojos o conmigo borracho gritándole lo engreída que es por no verme en toda la noche. Hay que ser un hombre con demasiada mala cabeza para no sentir este terror de acercarse. Es esperar ser el elegido de la noche. A veces esto va tan a rajatabla, que podemos terminar liándonos con una mujer que no nos gusta, solamente por el hecho que nos eligió. Véanlo así: después de tantas miradas ausentes que llegue una chica mirándote, el “no” nunca se valora como posibilidad.
Luego tienes que mantener una conversación medianamente coherente  y hacerle notar lo buen partido que puedes ser, sin sobrepasarte de elogiarte. Si anda con una amiga también tienes que convencer a su amiga que eres buen chico. Cosa extremadamente difícil porque no sabes que es ser buen chico para la amiga. Otra cosa vital es que nunca se habla de las ganas que tienes de follartela, nunca. Solo se puede  hablar hasta después de los primeros besos, porque si no, ella piensa que solo quiere follar, aunque ella solo quiera follar contigo.
Sin embargo, lo que me hizo escribir todo este drama es otra cosa. Es el drama de la que elige, no del elegido. La que elige nunca es elegida (yo no sabía de esta tristeza). Las mujeres también entran como escáner, pero tienen que ser unos escaners silentes. Tienen que seleccionar el objetivo casi sin ver.  A cualquier crucé de miradas por mera curiosidad pueden terminar con un pesado al lado. Es como el mito de medusa, pero es ella quien no quiere que la vean a los ojos, porque si no, terminará con un hombre hecho roca.
Cuando por fin ella elige, tiene que esperar a que el chico la vea y a ciencia cierta no sabes si realmente le siguió la mirada porque le gustaba o porque era la única chica que lo vio. Ella no tiene que poner casi de su intelecto para llevar al chico a la cama, no tiene que conquistar a nadie, solo tiene que esperar, esperar a que el chico inteligentemente la lleve a la cama. Luego el juego ya se complica y la balanza que apuntaba directamente a la chica como responsable de un polvo ahora puede darse la vuelta.
¿Por qué me miraste? Porque tú me vistes. Esto implica que para él, ella no fue una opción si no hasta el momento en el que ella lo vio, seguramente casi ni le gustaba o sí, pero él no la tomo como una mujer que valiera el esfuerzo de acercarse.
Lo relevante de esto, es que las mujeres pueden permanecer al margen de conquistar. Sus habilidades de seducción pueden quedar reducidas a saber mirar y mantenerse dentro del discurso  del elegido. La mujer es la pieza que queda aplastada por su mirada, presa de su propia elección, sin siquiera saber si ella fue la elegida. 
¿Cómo hace la mujer que quiere conquistar y quiere ser ella la elegida?

jueves, 1 de septiembre de 2011

Aforismos de mierda sobre la mierda.


 Atención: Esta entrada contiene dosis altas de ego
No hay nadie más ególatra que todos. Somos tan insignificantes en el universo que cada día, cada segundo de nuestras vidas lo dedicamos a nosotros y a demostrarle a los demás que somos especiales. Las imágenes satelitales nos recuerdan que el mundo es grandote y el universo más grandototote y que somos unos pedazos de mierda. Por lo tanto, nuestras inseguridades se manifiestan en todas nuestras acciones y palabras. ¡Ay sí¡ Seguramente algún guevon de mierda sigue pensando que no, pero solamente le creo a los monjes del Tíbet y esas vergas. Aunque no tanto. Creo que es imposible no sentirse así. No lo tengo bien definido y por lo tanto no debería hablar de eso, pero me sabe a culo porque mis amigos me están presionando para que escriba quejas y si hay algo que tengo son quejas mal explicadas.
Me da mucha vergüenza y vergüenza ajena ver a la gente (o cuando yo lo hago) cuando cada palabra que sale de su boca tiene la finalidad de mostrarle a su interlocutor lo cool que es, cómo ella conoce a todo el mundo y todo lo que le ocurre a todos antes de que se enteren los demás, lo bien que le va en la vida y en su profesión. Normalmente estas personas tienen un twitter en el que hacen cada minuto una observación acerca de lo que hacen, tienen miles de fotos de sí mismas y esperan ansiosamente los comentarios de sus amigos. No nos merecemos el mundo a pesar de que es una mierda.
Qué egoístas y estúpidos nuestros padres que nos trajeron al mundo para llenar un vacío que ellos tenían, por error, porque no saben o no tienen dinero para un aborto, o peor, no creen que los abortos son buenos, para tener pequeñas versioncitas de ellos mismos en el mundo, para que sus nombres no se olviden, para sentir que tuvieron una vida exitosa, para tocar un culo suavecito todas las mañanas durante dos años y después tener a alguien que los odie pero que justifique sus quejas (Cuando alguien ya se siente bien establecido en su vida y tiene una pareja y han arreglado todas sus diferencias, el siguiente paso es tener un hijo que les joda el parque). No creo que ninguno de ellos nos haya dado a luz porque querían que disfrutáramos del mundo y la belleza que ofrece porque la belleza que ofrece no compensa las bostas de mierda que estamos oliendo y comiendo y restregando en nuestras caras cada puto día.
¡Qué peligro¡ Nos pueden robar en el hospital cuando nazcamos, nos pueden matar, podemos tener una madre loca que nos golpee o un padre que nos viole, podemos tener padres lisiados y tener que cuidarlos el resto de la vida, podemos tener una madrastra maldita que nos golpee sin que nuestro padre haga nada al respecto, podemos salvarnos de ella y aún así sentirnos vacíos cuando no hay nadie que nos haga daño, podemos nacer en un lugar muy pobre y no tener nunca comida, se puede morir toda nuestra familia en un accidente, podemos ser envidiosos y pasar estar siempre celando lo que tienen otros, siempre resentidos, podemos ser gordos y nunca tener sexo, tener cáncer de útero a los 30 años, tener que vivir las consecuencias del calentamiento global y eso de que el mundo va a ser nosecuantísimo por ciento de agua y no haya electricidad. ¿Qué será del mundo sin la televisión, sin nuestros métodos para evadir las preguntas que valen la pena?
No creo ya en Aristóteles y su felicidad de mierda. ¿Quién era el estúpido que dijo que buscamos jodernos y no la felicidad? Bueno, ese bicho tiene razón. No sé si todos, pero sé que yo quiero dolor. Y debo aclarar que no soy uno de esos niños que se visten de negro y se cortan aunque alguna vez lo hice (vestirme de negro).
Ya me harté de escribir. Sólo quería escribir algo sobre mí generalizándolo para no sentirme loca y considerando que mi opinión es super importante y que alguien leerá esta mierda. Quería hacer uso de mi segunda adolescencia (a los 28 años) y odiar y culpar una vez más a mis padres por todo lo malo que me ha pasado.